Saturday, September 16, 2017

Barry Seal: Sólo en América (American Made)



Síntomas: En 1978, Barry Seal (Tom Cruise) está cansado de su rutina como piloto comercial, y por eso acepta la propuesta del misterioso Shafer (Domhnall Gleeson) para realizar ocasionales misiones aéreas para la CIA, como fotografiar campos guerrilleros en Centroamérica, o transportar información confidencial a un tal General Noriega. Sin embargo la ambición de Seal eventualmente provoca que la situación se salga de control. Y de qué manera.

Diagnóstico: Ahora entiendo... el usualmente confiable director Doug Liman nos decepcionó este año con la mediocre cinta The Wall, porque estaba reservando toda su creatividad y talento para Barry Seal: Sólo en América. Misterio resuelto.
Creo que desde Go, hace dieciocho años, Liman no había expresado su dinámica visión y travieso estilo como ahora lo hace en Barry Seal: Sólo en América. Apoyado por el brillante libreto de Gary Spinelli, el director maneja con soltura e ingenio una historia muy complicada por sus detalles logísticos y geográficos, pero al mismo tiempo sencilla y asimilable por apelar a los apetitos básicos de la naturaleza humana que todos hemos sentido (o al menos presenciado), aunque nunca con la avidez del epónimo Barry Seal.
Si no estuviera basada en hechos reales, la película sería absolutamente inverosímil. Liman lo reconoció a tiempo, y añadió grandes dosis de humor para compartir el asombro del protagonista ante las descabelladas situaciones que enfrenta en su vida diaria, tratando de balancear sus múltiples "alianzas" con la CIA, su relación con los Contras que combaten el régimen Sandinista, y con narcotraficantes que encuentran muy útiles los servicios de un "gringo" audaz con un veloz avión para evadir las patrullas de la DEA. Ah, y todo eso al mismo tiempo que Seal mantiene alguna semblanza de vida normal con su esposa Lucy (Sarah Wright) y sus hijas, que no comprenden por qué su papá oculta maletas llenas de dólares.
Como dije: es una historia realmente absurda, pero fascinante porque realmente ocurrió. Y, cuando añadimos el excelente estilo narrativo y visual de Doug Liman y su cinematógrafo César Charlone (quien se regodea en la estética Kodachrome ochentera), tenemos una muy recomendable experiencia cinematográfica que nos transporta a un turbulento período histórico al mismo tiempo tan cerca y tan lejos. Si todo eso pasó durante la afable presidencia de Ronald "Bedtime for Bonzo" Reagan, ¿qué estará ocurriendo actualmente?
En fin... regresando a la película, Tom Cruise nos entrega otra de sus seguras y carismáticas actuaciones como Barry Seal, un espía improvisado más creíble que Ethan Hunt (me gustan mucho las películas de Mission: Impossible pero, aceptémoslo, no tienen mucho que ver con la realidad del "spycraft"), y un genuino "anti-héroe" que queremos ver triunfar al final y quedarse con la chica (bueno, su esposa)... aunque la espiral de intriga y traiciones no ofrece buenas perspectivas de supervivencia. Pero, recuerden... la realidad es más extraña que la ficción (hablando de lo cual, Cruise también recibe crédito como "Piloto de Stunts en Avioneta Cessna").
Por su parte, Domhnall Gleeson destaca como el taimado Shafer, usando la ambición de su "agente" para ganar notoriedad en la CIA, y recibir misiones cada vez más importantes. Alejandro Edda, Mauricio Mejía y Alberto Ospino interpretan variadas figuras criminales que ofrecen increíbles recompensas a cambio de aceptar increíbles riesgos; y también me dio gusto ver a Sarah Wright en la pantalla grande, después de tantos años invertidos en papeles secundarios en sitcoms como The Loop y Parks and Recreation. Ojalá sea "descubierta" por más agentes de casting que reconozcan su potencial para el drama y la comedia.
Aunque estrictamente no tiene mucha acción ni violencia, Barry Seal: Sólo en América supera en suspenso y emoción a casi cualquier "blockbuster" contemporáneo, y además cuenta una historia realmente interesante, no solo para viejos que vivimos en los ochentas, sino para cualquier persona interesada en la inherente esquizofrenia de la política internacional; y si bien Barry Seal: Sólo en América incluye cierta crítica social en su desarrollo, a fin de cuentas se abstiene de emitir juicios morales contra su ambiguo protagonista. Seal fue un héroe porque ayudó a su país, y un villano porque esa ayuda consistió en asuntos ilegales. Perfecta alegoría del "sueño americano". Y perfecta combinación melodramática para armar uno de los mejores thrillers del año. Barry Seal: Sólo en América iría bien en una doble función con Kill the Messenger, mostrando el "antes y después" del escándalo con el respeto y risas que merecen los planes de la CIA.
Calificación: 9

IMDb

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